El diputado Guyón Massey, nuevamente sale a la luz pública a condenar lo que considera --en su muy personal manera de ver las cosas-- los anti-valores que canta un grupo de rock. En realidad, viniendo la condena moralista de quién viene, no merecería dedicarle ni una letra. El problema, es lo que se esconde detrás; reducir los comentarios del pastor diputado a la expresión talibánica de quién se cree dueño de la verdad por iluminación divina, sería un error.
Cuestiona el diputado las letras de las canciones del grupo rockero, porque según su particular análisis, enseñan satanismo y difunden antivalores que atentan contra nuestra sociedad; al diputado esto le parece grave, pero no tiene ningún problema en casi aceptar una silenciosa donación de noventa millones de colones vía legislativa --con venia del gobierno y el bloque de los treinta ocho-- destinada a una fundación cuya junta directiva está compuesta por familiares directos del diputado, denunciada por prensa y que en su momento, no supo explicar cómo y dónde negoció.
Tampoco cuestiona el diputado a quienes en nombre de Dios solicitan donaciones a cambio de milagros o perdones –razones entre otras por la que Luthero se separa de
Nuestra sociedad necesita propiciar la discusión y el análisis de sus múltiples problemas de una manera franca y libre; lo que se deduce de las declaraciones condenatorias del diputado Massey, es todo lo contrario; no busca la crítica, sino la imposición; no propicia la tolerancia, sino el fanatismo y esa visión de mundo –compartida en lo político por quienes gobiernan- se traduce en fundamentalismos religiosos, sociales o económicos cuya única razón es “su” verdad, porque niega conceptualmente, la existencia de quienes no piensan igual.
El principal mandamiento del Cristianismo es “amar al prójimo como a ti mismo”, resulta paradójico que quien se gana la vida –cuando no ejerce de diputado—como portavoz de los evangelios, quiera no convencer, sino imponer; si el señor Massey está tan interesado en promover los buenos valores en nuestra sociedad, sería deseable entonces, que pusiera en práctica aquello de “que por sus obras los conoceréis” y explicara a la comunidad que dice representar, porque está de acuerdo con aprobar sin discusión u análisis, convenios que como UPOV, son tan cuestionables desde el punto de vista moral, ético y religioso, que tan celoso defensor parecen tener en el diputado Guyón Masey.
2 comentarios:
Eso, amigo!!
Bienvenido al club!!!!
demasiado cierto... me parece una posición sumamente hipócrita la del compa, y estoy segurísima q massey en su vida ha escuchado una canción de Maiden... fijo solo se guía por eddie cuya imagen es más política que otra cosa...
que terrible cuando se confunde la vida con la religión... te quedás ciego y te permitís ver tus propias faltas...
el problema es jugar a ser Dios... cuando en realidad somos pésimos en eso
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